EL VALLE DEL LOIRA
Hablar del Valle del Loira con todas sus Appellation d’origine es ya de por sí un buen motivo. En lo que a viñedos se refiere, el Valle del Loira posee una larga extensión, desde la desembocadura del Atlántico junto a la ciudad de Nantes, hacia Orleans, y desde aquí hacia el sudeste, hasta los límites de Borgoña, colindando al norte con Chablis.
En el Loira se encuentra el mayor río de Francia, del mismo nombre, con una longitud aproximada de 1.000 kilómetros que sin duda inunda de frescor las diferentes zonas vinícolas de esta zona en las que se encuentran 87 A. O. C., muy repartidas por todo el Valle del Loira, algunas zonas alejadas de otras pero la influencia de este río tiene mucho que decir sobre el carácter de los vinos que se elaboran en esta parte de Francia. Esta compleja y amplia zona, hasta no hace mucho tiempo, era más conocida por sus inmensos y variados castillos que por sus vinos.
Afortunadamente hoy los vinos han cogido cierto protagonismo y ya ruedan por distintos países.
Poco a poco sus maravillosos blancos son más conocidos. Blancos que proceden de las famosas variedades blancas: Sauvignon Blanc y Chenin Blanc, dos uvas que están bien representadas en distintos países del mundo, especialmente la primera. También se producen otras variedades blancas como la “Melón de Borgoña “ más conocida como Muscadet, la Romorantin o la Pineau Menu, que aportan una buena dosis complementaria a las antes mencionadas para formar un buen conglomerado de matices en muchos vinos.
Pero además de los vinos blancos el Valle del Loira nos ofrece otras posibilidades como el cremant (vinos espumosos), vinos rosados; vinos dulces, y por supuesto vinos tintos elaborados a partir de la variedad Cabernet Franc que aporta buen carácter a los vinos y sin duda nos dan jugo y juego para disfrutar de unos caldos frescos muy afrutados.
La Cabernet Franc en zonas como Chinon nos ofrece un gran potencial donde encontrar vinos muy singulares y muy apetecibles; llenos de matices y sustancias. Una recomendación sensata sería la de disfrutar de una buena botella de Cabernet Franc, donde poder apreciar la esencia y el estilo peculiar de estos vinos tan característicos de este pequeño paraíso francés. Nos podemos encontrar vinos muy singulares y apetecibles, llenos de matices y sustancia, como este exquisito vino de Chevalier, un Bourgueil Galichets 2011 «increíble» ¡Qué matices, Qué olores! y que sabor ¡¡Mamma mía!! un vino emocionante, ábrete una botella y ya verás que fascinación para nuestro cerebro.