LA GRAN VARIEDAD DE VINOS Y LAS NUEVAS TENDENCIAS
En los últimos años han salido al mercado una buena colección de vinos nuevos tanto blancos como tintos, y podría decirse que en la mayoría de los casos de gran calidad, salvo algunas sorpresas no tan agradables, el consumidor puede estar muy contento al tener tanta oferta de vinos para elegir.
No siempre podemos decir que todos los que salen están en la mas alta posición a nivel de crítica, ni que el último que hemos bebido o descubierto sea el mejor, pero si podemos afirmar con rotundidad que el mercado se ha llenado un poco mas si cabe de un abanico muy variopinto para poder elegir un sinfín de vinos de muy diversas clases.
Si tenemos que destacar, que muchos de esos vinos que van apareciendo en el mercado aportan elementos diferenciadores según sea su tratamiento en la viña y también en bodega. Diferenciar a los de viticultura ecológica (que cada vez hay más) de otros de viticultura convencional o de precisión, es obvio que hay que hacerlo y existen elementos que los diferencia, pues eso hará que cada viticultor se conciencie mucho mas en el campo y cada vez nos ofrezcan vinos con menor intervención.
Pero en la gran mayoría de las bodegas convencionales hoy el tratamiento es casi ecológico, por lo que la diferencia en muchos casos no es tanto como a priori puede parecer.
Al principio, estos vinos no caían especialmente simpáticos entre los consumidores, sin embargo la tendencia ha ido cambiando y cada vez hay mas demanda de estos vinos con sello ecológico y biodinámico ó, como alguno se atreve a calificar de naturales, “aunque esta precisión suscita muchos comentarios entre ciertos bodegueros” habría que matizar mucho sobre los vinos naturales que en algunas botellas viene incluso reflejado. Lo que si es cierto es que no da ninguna pereza hablar de ello, sino, todo lo contrario y por supuesto consumirlos. No obstante hay que matizar que no todos los que salen al mercado so
n todo lo dignos que se espera de ellos, y también es cierto que al abrigo del sello ecológico, se amparan algunos vinos que realmente no son todo lo sorprendente que desearíamos por muy sello ecológico que venga en la botella, esto ocurre como en el resto de los vinos, unos son buenos, y otros no tanto.
No podemos olvidar los de la elaboración convencional o viticultura de precisión que siguen siendo sin duda, los que ocupan el mayor espacio en el bar, restaurante, o tiendas de vinos. La gente aún sigue prefiriendo los vinos de elaboración tradicional, a los ecológicos, y sin duda son los de mayor demanda.
No nos cansaremos nunca de decir que beber hoy un vino nos sigue causando un inmenso placer ya sean de viticultura convencional o ecológica, el vino bien elaborado no tiene ningún limite.
Evidentemente en este terreno ya sea un vino u otro, las bodegas siguen avanzando para mejorar y también es evidente en mi opinión que cada vez hay mejores vinos, y estoy seguro que los sulfitos, sulfurosos, azufres y otros elementos que se usaban tanto en agricultura como en la elaboración no tienen nada que ver con las cantidades que hoy se utilizan, – los Consejos Reguladores exigen cada vez mayor control-. Hoy los tratamientos que se aplican en la viña, en todos los vinos, para nada se parecen a los que se hacían antes, a pesar de las múltiples plagas, inclemencias meteorológicas, estrés hídrico, visitantes no invitados. (aves, roedores, conejos) etc. que se suceden a lo largo del año. La tecnología y el conocimiento siguen avanzando y se combate desde los diferentes estudios que se realizan periódicamente para que hoy podamos beber un vino mucho más puro.
Desde luego ha cambiado mucho el mundo del vino (a veces pienso que va más rápido que lo que nos imaginamos) no se parece en nada a los vinos que bebíamos hace 20 ó 25 años. El concepto sigue siendo el mismo pero los métodos que se aplican y los conocimientos, unidos a la ya experiencia de esos jóvenes enólogos que surgieron hace 30 años además de los que se han ido incorporando, con experiencias en distintos países intercambiando ideas entre unos y otros, han hecho que hoy podamos disfrutar de unos grandes vinos a veces por no mucho dinero.
¿Ha cambiado la viticultura ?
Yo diría que si y mucho, pero, lo que también ha cambiado, son los paladares, han ido adaptándose a todo esta evolución y en consecuencia a la vez somos más selectivos y exigentes al tener tanta variedad de vinos y por lo tanto tenemos evidentemente mejor criterio a la hora de valorar la calidad de unos y de otros.
Que duda cabe que todas las zonas han experimentado avances significativos y podría decirse que ninguna desmerece de otras y eso es lo bueno. Ahora bien, soy muy crítico en la defensa de las variedades autóctonas, -pienso que no se esta valorando lo suficiente este detalle- la constante insistencia de incorporación de variedades foráneas en cada zona de producción, hace que perdamos un poco la esencia de lo que yo denomino tipicidad, aunque a los innovadores les guste experimentar con otras variedades. Aquí nos deberíamos fijar un poco mas en los franceses, cómo defienden sus variedades autóctonas, Ejemplos: (borgoña, burdeos etc) y curiosamente están siempre en lo mas alto del ranking. Preocupémonos de lo nuestro y fortalezcamos y diferenciemonos de los otros haciendo un buen trabajo con lo típico de cada región (que por algo está). Es la única forma para que nos valoren como diferentes.
Intentemos hacer una excelente viticultura y controlemos mejor la elaboración. Transmitir al viticultor en cada momento lo importante que es hacer un buen trabajo en el campo y no avasallar tanto a la cepa para obtener más kilos en la producción, podría ser un buen objetivo.