BODEGAS SAUCI

Los orígenes de la vocación vinícola la familia se sitúa en Francia según nos explican Begoña y Montse.

Aproximadamente en 1780, unos franceses apellidados Saussi (con dos eses y no con ce, como utilizan ahora) se asentaron en la zona dedicándose al cuidado de la viña y elaboración de vinos. Transmitiéndose desde entonces el saber hacer de generación en generación, hasta que en 1925 Fernando Sauci inicia la actividad comercial, creando Bodegas Sauci.

Años después se hizo cargo su hijo Manuel Sauci, que fue uno de los pioneros en el embotellado en el Condado de Huelva. Así en 1965, consigue sacar al mercado su primer vino embotellado, el Fino Espinapura,  con el que ha cosechado muchos éxitos y premios allá donde ha ido.

Enamorado hasta la saciedad de la crianza de los vinos, ha sabido transmitir a sus hijas ese amor y la cuidada y esmerada crianza que       exigen los vinos de calidad.  Hasta el día de hoy y desde el año 2003 la empresa se encuentra regentada por su tercera generación. Montserrat y Begoña Sauci, que son el presente y futuro de la compañía, constituyendo así, una de las pocas bodegas Andaluzas regentada por dos mujeres.

Dos mujeres criadas en el amor y exquisito mimo al vino, que trabajan para conservar y engrandecer su legado sin olvidar nunca la fidelidad a su propia historia. Esta sin duda es un carta de presentación para esta bodega y estas dos hermanas enamoradas de su trabajo.

Hace unos días tuve la ocasión de compartir con ellas una jornada en la que catamos todos los vinos de su bodega aprovechando el momento para conocerlas mejor.  Quedé maravillado con ellas.      Son un encanto de personas, transmiten mucha y buena energía y se las ve muy dedicadas a su labor en bodega, aportando una pasión y entrega envidiables. Se complementan en el trabajo maravillosamente con respeto mutuo logrando un resultado de enorme calidad en sus productos.

Encantado de haberos conocido in situ, de haber compartido un día maravillosos y de impregnarme vuestra gran pasión por lo que hacéis.