CATA VERTICAL DE LA BIENQUERIDA
Las cosas caen sobre su propio peso; a esa conclusión llegamos las más de 50 personas que asistimos a la cata vertical del vino de La Bienquerida, de bodegas Losada Vinos de Finca. Y digo, que caen por su propio peso, cuando nos encontramos ante unos vinos con un maravilloso aspecto, bien vestidos, como se le denomina al vino que brilla, que muestra espíritu, sobre todo algunos de ellos “a pesar del tiempo transcurrido en botella”, cierto nerviosismo balanceándose por las paredes de la copa, lentamente, no queriendo casi molestar, pero impregnando toda la copa, con una amplia gama de lágrimas, que nos trasmite muchas de las bondades que poseen los vinos bien hechos. Los aromas bien representados y muy diversos, acordes cada uno de ellos a su edad, los sabores amplios con una excelente estructura, una boca voluminosa, y un final como casi todo lo que te gusta, feliz. Estas son las maravillosas sensaciones percibidas en nuestro cerebro que describimos cuando las cosas están bien hechas.
La cata, siguiendo instrucciones de Amancio Fernández «Enólogo» fue invertida, de más joven al de más edad, donde comprobamos, que teníamos vinos desde la juventud con años por delante llenos de fruta, un excelente ensamblaje con la madera, un tanino noble, con una frescura en cada vino digna de resaltar; ya que la Mencía como hemos oído en infinidad de veces, que carece de acidez, pues en estos está más que presente. Vinos voluminosos llenos de sabores y de matices, 2013, 2012, y sobre todo 2011, mostraban un carácter y una estructura dignas de resaltar, parece como si la bodega hubiera dado un giro en su concepto, sin embargo Amancio se encargó de transmitir la importancia que tiene la edad de la viña y sobre todo, la influencia del clima.
Teníamos casi como una segunda línea sin perder la idea de La Bienquerida ni por supuesto la variedad 2007 con nervio y potencia, incluso para aguantar varios años más, 2008, quizá el vino de menor estructura y al que se intuye que quizá sea el vino que más pronto evolucionará, también debido a la añada que no fue excelente, aun así me pareció un vino potente. Pero sin duda el que se llevó todos los honores, bien justificados, fue el 2009 un vino entero y donde los años parece que no pasan por él. En definitiva unos vinos increíbles y no menos un protagonista además de los vinos, Amancio Fernández, enólogo de la bodega, que nos desgranó uno a uno cada vino apuntando en ellos, las características, las influencias climáticas, la experiencia que adquieres cada año, y que la cepa va teniendo más edad.
Sin duda fue uno de esos días que recordaremos por tiempo de los que nos gustaría repetir muchas veces, por la calidad de los vinos, las sabias palabras del enólogo y luego estar rodeado de amigos. ¡¡¡Un placer!!!