LOS VINOS EMOCIONANTES

La verdad es que si, grandes momentos son lo que necesitamos ahora en estos tiempos que corren, ya que hemos pasado como se suele decir un mal sueño, que afortunadamente parece que se está estabilizando.

Ayer fue un día de reencuentros y saludos y echamos mano de joyas guardadas con mucho cariño, elegimos dos vinos que he seleccionado y en su momento me dejaron huella de buen sabor y me hicieron pasar grandes momentos.  Ayer los volví a sacar y no solo me gustaron si no que me emocionaron. Su vejez solo ha hecho mejorar lo que ya era bueno. El Paso de los años han sido un recorrido de evolución para expresar muchas de las sustancias que no estaban desarrolladas en aquel otro momento, y ahora, sólo hacen que mostrar lo que tienen dentro, “grandiosas sensaciones”.

Cualquier persona que haya guardado estos vinos en lugar sagrado y tenga la oportunidad de abrirse una, comprenderá mucho más de lo que estoy tratando de explicar, la expresividad de unos grandes vinos. Unos vinos que algún experto decía que los prioratos no duraban, se caían fácil ó que los mecías no  tenian vida por falta  de acidez, no comparto esas afirmaciones de expertos, sobre todo de los que no han tenido la oportunidad de compararlos, y no los han experimentado. Hoy tenemos estos dos ejemplos. Cuando un vino está bien hecho la vida puede ser incalculable. Como decía un genio del vino (José Luis Pérez ) -que más da , si huele a Fresa o a Frambuesa-, lo importante es que exprese su carácter lo identifique con el lugar de donde proviene y nos muestre su potencial, luego, si huele a una fruta u a otra pues mejor. Estos dos tenían raza, tenían una complejidad en aromas brutal y una elegancia y sutileza increíble en el paladar. A su paso por boca nos dejaba completamente impregnadas las papilas de sensaciones y sabores fantásticos, y un final apoteósico. Hoy, aún tengo el recuerdo de dos Vinos que difícilmente se borrarán de mi memoria.

Tares P3  2006 y Clos Martinet 1997,

Finalizado con un típico pastel vasco sabrosísimo, que nos termino de endulzar la tarde