Han pasado ya unos cuantos años desde aquel boom del vino. Fue como una explosión en medio del desierto: brotaron nuevos viñedos, surgieron bodegas por doquier, se multiplicaron las etiquetas y llegó una nueva generación de manos y mentes al campo y a la bodega. Aparecieron nuevas técnicas y se recuperaron variedades casi desaparecidas. Gracias al trabajo de un buen número de magníficos enólogos, hoy disfrutamos de vinos cada vez más apetecibles, capaces de enamorar al primer sorbo. Si uno es bueno, el siguiente también.

Al mismo tiempo, hubo quienes defendieron una filosofía distinta: seleccionar más y elaborar menos, con el objetivo de lograr vinos de mayor calidad.

Desde aquel boom han pasado ya unos cuarenta años. Donde antes solo se vendía Rioja, ahora se ofrecen vinos de muy diversos orígenes, tanto nacionales como internacionales. Muchos pensaron entonces que Rioja sufriría un descalabro monumental. Y es cierto que esta denominación dominaba prácticamente todo el mercado nacional. Algunos creyeron que sería imposible que perdiera su posición, pero otros —más previsores— comprendieron el cambio que se avecinaba. Se adaptaron, no descuidaron el mercado y supieron escuchar el pulso de la evolución del vino.

Aun cuando la oferta se amplió enormemente, hubo incluso quienes, de forma más radical, decidieron dejar de consumir Rioja. Pero otros pensamos que el vino es demasiado grande, con una historia tan rica y profunda, como para olvidarse de una de las regiones más prestigiosas del mundo y renunciar a sus maravillas.

El tiempo ha dado la razón a esa idea: Rioja ha sido y seguirá siendo un referente. Por muchos cambios que lleguen, continuará innovando, manteniéndose a la altura de las nuevas y sugerentes zonas vinícolas. Seguirá en la vanguardia, y sus viticultores y enólogos nos seguirán sorprendiendo. Seguro.

Y para demostrarlo, hoy quiero presentarles una de esas joyas que confirman esta verdad: los vinos de la Bodega Dominio del Carabo, del municipio de Ábalos.
Un gran trabajo, elaborado con mimo y detalle.
Vale la pena prepararse para disfrutar de estos vinos finos,