La Fiole du Pape
No suele pasarnos desapercibido los comentarios halagadores que ofrecemos sobre un vino que nos ha gustado mucho. La mayoría de la gente se queda solo en una valoración «superficial» sin profundizar en las características, hablando de la presentación como si fuera lo más importante para fijarse en la calidad de un vino. Basta con una etiqueta llamativa, o una forma de botella que se salga de lo normal para que el vino sea valorado por el aspecto más que por el contenido.
Estas y otras cuestiones, son las que nos planteamos cuando nos detenemos a pensar en los vinos al margen de que nos lla-
me la atención su especial botella, la presentación o cualquier otro atributo visual.
A diferencia de la mayoría, los que constantemente estamos en contacto con el vino, si notamos los matices y las diferencias
de los vinos que nos hacen vivir una experiencia diferente cada vez. Esto hace que a los que nos apasiona el vino estemos buscando esas diferentes sensaciones más peculiares y entradas en boca explosivas que nos llaman la atención.
Y he aquí un vino que no pasa desapercibido en ningún momento, procedente de la Côte du Rhône, del famoso pueblo Chateauneufud-du-Pape, dónde cultivan la Garnacha de manera maravillosa, impregnándola de personalidad y carácter. Un vino de Pére Anselme conocido con el nombre de la Fiole Du Pape. Este vino está elaborado con un coupage de tres añadas distintas, donde se encuentra una diversidad de notas tan diferentes que emocionan.
Con un trabajo en viña totalmente manual, la selección es muy minuciosa a la hora de escoger las uvas perfectamente maduras y sanas, descartando aquellas con defectos o rotas y a la hora de vinificaárlas se las mantiene separadas para que la estructura tánica mejore.
Las variedades de uva utilizadas en el ensamblage son: por supuesto la Grenache en su mayoría, Syrah y un poco de estas dos, Mourvédre y Cinsault.
Cada una de ellas aportan diferentes características que le confieren al vino finura, elegancia, sutileza, equilibrio, un color estupendo y tanino buenísimo, con un sinfín de aromas seductores que te invitan constantemente a beber y disfrutar de un vino que envejece muy bien.
Este vino tiene una crianza entre dos y cuatro años, se combina la barrica de roble con la cuba de acero. La experiencia del enólogo en seleccionar las mejores añadas para ensamblar este vino, hará que tengamos un majestuoso y gran vino a nuestro alcance, El buen olfato del enólogo dan la seguridad para la buena evolución del vino, velando por el buen transcurso del proceso y avalan esta mezcla perfecta entre vino joven y maduro.
La presencia de la botella te llama mucho la atención, La Fiole du Pape destaca a primera vista por la botella, una pieza registrada exclusivamente, confeccionada por artesanos del vidrio y que emula en cierta medida la forma las vides del Valle de Rhône, al que pertenece el vino. En lo que respecta al color; podemos decir que es un vino maduro, prueba de ello es su tonalidad granate con matices de color ladrillo. En nariz su aroma calurosoy complejo desvela matices de fruta seca, trufa, especias y madera. En boca destaca por su contundencia inicial (untuosidad de ataque) y permanencia final de tanínos.
Para consumirlo va perfecto con platos de caza, algunos quesos, embutidos y en general platos de salsas contundentes.
Como se trata de un gran vino, en condiciones óptimas, aguanta en botella cuatro o cinco años más. Los mejores alcanzan hasta diez, pero yo personalmente creo que ya empieza a ser arriesgado reservar tanto tiempo un vino de estas carcaterísticas.
Abogo por consumirlo sin demasiada demora.
Siempre valorando las prioridades, los diferentes acontecimientos y prestando especial atención a la durabilidad y calidad de los diferentes grados de crianza.
Para los amantes de lo singular, no se pueden perder la oportunidad de disfrutar de un vino, cuando menos, curioso, además de exquisito