ALTA MONTAÑA, SUELOS PIZARROSOS PARA ESTE CLOS BALTASAR 2015
Viñedos plantados en altura se presenta hoy como algo novedoso, si bien es cierto que hace unos años no se tenia en cuenta muchas circustáncias y había en demasía mucha mezcla de variedades cultivadas en lugares muy diversos entre si, aunque se tratase de la misma variedad. Hoy afortunadamente la viticultura ha cambiado «para bien», mucha selección de materia prima, elección del suelo, buena exposición del viñedo y mucho, mucho, conocimiento. Algunas veces se habla del cambio climático como algo que esta sucediendo y que probablemente a muchos países que no elaboraban vinos de mucha calidad, este pequeño cambio, parece que les da mucha confianza y por supuesto les abre puertas en mercados que lo tenían muy difícil; -es el caso de Nueva Zelanda-.
Aun no se sabe con exactitud si realmente ese cambio les ha proporcionado tanta calidad como ganas por parte del consumidor de beber vinos de distancias e incalculables, zonas, pero si hay que tener en en cuenta, que en un futuro no muy lejano serán rivales muy directos en el mercado del vino. Este supuesto cambio si que ha producido que las vendimias se adelante y los ciclos sean un poco más cortos que hace 20 o 30 años, debido a esa temprana maduración de la uva. Sin embargo, los viñedos en alta montaña plantean riesgos diferentes a los de más abajo; reciben una insolación más directa, provocando una fotosíntesis diferente; los riesgos de lluvias fuertes, granizo, tormentas, vientos racheados, etc suele tener a veces efectos muy destructores para la planta, y eso hace que en muchos lugares los viñedos estén más protegidos, y eso da lugar a que los costos sean también mayores, ademas, de otros visitantes no deseados que destrocen parte de la cosecha, no siempre, pero existen riesgos que no se desean.
Las cepas situadas en alturas a partir de 700 metros es un nuevo reto para el viticultor, el estudio de la esposición, el suelo y las condiciones adversas o favorables producen nuevos retos y como no un atractivo, si a eso añades unas practicas vitícolas, extraerás vinos de gran nivel de calidad sin duda.
Pero si a todas esas virtudes de un viñedo en alta montaña añadimos un suelo pizarroso,
y tienes en cuenta algunos factores que son los que le van a proporcionar la personalidad al vino ( clima, suelo, variedad, determinaran el carácter del terruño y estarán interrelacionados los unos con los otros y serán la base y la esencia de un gran vino: La pizarra en los terrenos ofrece numerosas ventajas. Por un lado ayuda a una mejor filtración del agua. Su color generalmente negro-azulado, capta y retiene los rayos del sol, propiciando una maduración más prolongada, (también algunas adversidades como retención del calor en temperaturas excesivamente altas para la vid) En España las mayores concentraciones de viñedo en terrenos pizarrosos se encuentran en el Priorat, en pequeños pagos de Calatayud y algunos otros lugares. En los vinos elaborados en estas zonas se aprecia un olor mineral, quizás más difícil de captar y percibir por el aficionado, por no tenerlo registrado organolépticamente. Es un aroma similar al de una piedra lavada con agua fresca del río. En esta zona de Calatayud Bodegas San Alejandro nos presenta este vino CLOS BALTASAR 2015, GARNACHA ha sido elaborado por el sistema de encubado de racimos enteros. Podemos encontrar en este vino un aroma peculiar de la garnacha muy bien identificada y ligeras notas minerales ademas de ese fondo floral y carcaterístico de una uva que cada día adquiere mayor relevancia en las mesas de cada restaurante, en las reuniones de amigos y en los vares de copeo.